EN LOS NAUFRAGIOS...¡CONFIAD!

Iba por el mar un barco.

Hubo una tormenta y el barco se hundió.

Un naufrago fue el único superviviente y acabó en una isla desierta. Pidió a Dios con todas sus fuerzas que le salvara; y miraba todos los días hacia el horizonte a ver si venían a por él.

Se cansó de esperar, y decidió construirse una cabaña para estar resguardado y guardar sus pocas pertenencias.

El caso es que un día al volver de dar una vuelta por la isla, se encontró la cabaña envuelta en llamas, formando una gran columna de humo. Lo peor había ocurrido. Lo había perdido todo.

Estaba desesperado y lleno de rabia..."Oh Dios! Como puedes hacerme esto? Mas desgracias no!"

Lloró todo el día y se lamentaba, pero al día siguiente el sonido de un barco le despertó.

Habían venido a rescatarlo. -Como supieron que estaba allí? "Vimos tu señal de humo" le dijeron.   

Aplicación: Es muy fácil desesperarse cuando las cosas no marchan bien, pero recuerda que cuando tu cabaña se convierta en humo, puede ser la señal de que la ayuda está en camino. No hay que desesperar aunque las cosas empeoren! Ante todo siempre hay que...CONFIAR!   

A Dios podemos pedirle todo, menos cuentas. Ante las desgracias no debemos decirle “por qué” sino “para qué”: Todo tiene un sentido y una finalidad.